Yo Soy – Afirmaciones Básicas del Yo Soy
“Yo Soy la Presencia de Dios en Acción”
“Yo Soy la Resurrección y la Vida”
“Yo Soy el Sendero, la Vida y la Verdad”
“Yo Soy la Puerta Abierta que ningún ser salvo Dios puede cerrar”
“Yo Soy la Luz que ilumina a cada hombre que viene al mundo”
“Yo Soy la Opulencia de Dios hecha visible en mi ahora y continuamente”
“Yo Soy la plena comprensión e iluminación de esta cosa que quiero saber y comprender."
Todas estas afirmaciones, que a primera vista pueden parecernos simples, encierran en sí mismas un significado y un potencial profundos. Todas ellas fueron pronunciadas por el Amado Maestro Jesús, el Cristo, y aunque suponen la base son en verdad los pilares principales.
A menudo sucede en el mundo espiritual que las cosas más sencillas, las primeras que uno acostumbra a aprender, son en realidad las más complejas y relevantes; y todo cuanto estudiamos después no hace sino ayudarnos a comprender esas sencillas leyes que aprendimos en un primer momento.
Es por ello que he querido empezar con estas maravillosas afirmaciones; que luego, con la práctica, cada uno puede modificar o adaptar del modo que mejor le convenga para cada ocasión.
“Yo Soy la Presencia de Dios en Acción”: Esta afirmación va a favorecer en nosotros la autoconsciencia y a ayudarnos a canalizar y sentir la Magna Presencia Yo Soy en nosotros, incrementando su poder a medida que la usemos.
“Yo Soy la Resurrección y la Vida”: Al decir esto, renovaremos nuestros pensamientos y sentimientos; será como si, de algún modo, volviéramos a nacer sin tener que soportar las cargas del pasado. Esta afirmación es muy importante si queremos progresar, pues el primer paso que debemos dar es el de sanar nuestros pensamientos y emociones a través de la acción consciente.
“Yo Soy el Sendero, la Vida y la Verdad”: Las palabras contenidas en esta expresión contienen un significado oculto realmente profundo, por lo que es tan importante la concentración a la hora de pronunciarla como meditar sobre la misma. Esta afirmación va a llevarnos a encontrar nuestro camino en esta vida y hacia el Creador.
“Yo Soy la Puerta Abierta que ningún ser salvo Dios puede cerrar”: Esta es una afirmación con la capacidad de abrirnos las puertas en la vida, incluso en los momentos en que creamos estar más estancados. Pero no solamente va hacerlo en lo material, sino que su uso diario va hacer que encontremos caminos espirituales y emocionales que hasta el momento habíamos ignorado o habíamos bloqueado de forma consciente o inconsciente. Con ella también impediremos que nadie pueda entorpecernos en nuestro camino, y lo tendremos abierto y libre para tomarlo sin demora.
“Yo Soy la Luz que ilumina a cada hombre que viene al mundo”: Esta es una maravillosa afirmación para llevar a la consciencia a todos los seres del mundo, para ayudar a que cada uno tome consciencia de sí mismo. Si se me permite una incisión de Kabbalah, diremos que es muy importante recordar que la Redención jamás es individual, sino Colectiva. Todos formamos parte del Yo Soy, la Magna Presencia de Dios, por lo que todos somos uno, no cabe entonces la posibilidad de desvincularnos de la Creación, pues todos y todo formamos parte de ella.
“Yo Soy la Opulencia de Dios hecha visible en mi ahora y continuamente”: Con la práctica de esta afirmación conseguiremos atraer a nuestra vida todo aquello que podamos necesitar, en todo momento. No solo en lo material, pues la Opulencia de Dios es operativa en todo, Salud, Amor, Armonía, Belleza, Recursos, etc.
“Yo Soy la plena comprensión e iluminación de esta cosa que quiero saber y comprender”: Por último, esta afirmación nos ayudará a ser capaces de asimilar más rápidamente todo aquello que deseemos aprender y comprender; tanto en el Yo Soy como en cualquier menester que necesitemos en nuestra vida cotidiana. Para hacerla más efectiva, cambiaremos el “esta cosa” por lo que nosotros deseemos, a fin de ser más concretos.
* En todo momento debemos tener presente que tanto la Concentración como la Convicción son esenciales, así como la Constancia. Si no estamos concentrados en lo que decimos, no podemos esperar que aquello funcione; si dudamos, nosotros mismos bloqueamos las palabras que pronunciamos al generar una energía opuesta a ella; si no somos constantes, el flujo energético que seremos capaz de atraer (sobretodo al principio) no será el mismo que si practicamos de forma habitual.
“Yo Soy la Luz que ilumina a cada hombre que viene al mundo”
“Yo Soy la Opulencia de Dios hecha visible en mi ahora y continuamente”
“Yo Soy la plena comprensión e iluminación de esta cosa que quiero saber y comprender."
Todas estas afirmaciones, que a primera vista pueden parecernos simples, encierran en sí mismas un significado y un potencial profundos. Todas ellas fueron pronunciadas por el Amado Maestro Jesús, el Cristo, y aunque suponen la base son en verdad los pilares principales.
A menudo sucede en el mundo espiritual que las cosas más sencillas, las primeras que uno acostumbra a aprender, son en realidad las más complejas y relevantes; y todo cuanto estudiamos después no hace sino ayudarnos a comprender esas sencillas leyes que aprendimos en un primer momento.
Es por ello que he querido empezar con estas maravillosas afirmaciones; que luego, con la práctica, cada uno puede modificar o adaptar del modo que mejor le convenga para cada ocasión.
“Yo Soy la Presencia de Dios en Acción”: Esta afirmación va a favorecer en nosotros la autoconsciencia y a ayudarnos a canalizar y sentir la Magna Presencia Yo Soy en nosotros, incrementando su poder a medida que la usemos.
“Yo Soy la Resurrección y la Vida”: Al decir esto, renovaremos nuestros pensamientos y sentimientos; será como si, de algún modo, volviéramos a nacer sin tener que soportar las cargas del pasado. Esta afirmación es muy importante si queremos progresar, pues el primer paso que debemos dar es el de sanar nuestros pensamientos y emociones a través de la acción consciente.
“Yo Soy el Sendero, la Vida y la Verdad”: Las palabras contenidas en esta expresión contienen un significado oculto realmente profundo, por lo que es tan importante la concentración a la hora de pronunciarla como meditar sobre la misma. Esta afirmación va a llevarnos a encontrar nuestro camino en esta vida y hacia el Creador.
“Yo Soy la Puerta Abierta que ningún ser salvo Dios puede cerrar”: Esta es una afirmación con la capacidad de abrirnos las puertas en la vida, incluso en los momentos en que creamos estar más estancados. Pero no solamente va hacerlo en lo material, sino que su uso diario va hacer que encontremos caminos espirituales y emocionales que hasta el momento habíamos ignorado o habíamos bloqueado de forma consciente o inconsciente. Con ella también impediremos que nadie pueda entorpecernos en nuestro camino, y lo tendremos abierto y libre para tomarlo sin demora.
“Yo Soy la Luz que ilumina a cada hombre que viene al mundo”: Esta es una maravillosa afirmación para llevar a la consciencia a todos los seres del mundo, para ayudar a que cada uno tome consciencia de sí mismo. Si se me permite una incisión de Kabbalah, diremos que es muy importante recordar que la Redención jamás es individual, sino Colectiva. Todos formamos parte del Yo Soy, la Magna Presencia de Dios, por lo que todos somos uno, no cabe entonces la posibilidad de desvincularnos de la Creación, pues todos y todo formamos parte de ella.
“Yo Soy la Opulencia de Dios hecha visible en mi ahora y continuamente”: Con la práctica de esta afirmación conseguiremos atraer a nuestra vida todo aquello que podamos necesitar, en todo momento. No solo en lo material, pues la Opulencia de Dios es operativa en todo, Salud, Amor, Armonía, Belleza, Recursos, etc.
“Yo Soy la plena comprensión e iluminación de esta cosa que quiero saber y comprender”: Por último, esta afirmación nos ayudará a ser capaces de asimilar más rápidamente todo aquello que deseemos aprender y comprender; tanto en el Yo Soy como en cualquier menester que necesitemos en nuestra vida cotidiana. Para hacerla más efectiva, cambiaremos el “esta cosa” por lo que nosotros deseemos, a fin de ser más concretos.
* En todo momento debemos tener presente que tanto la Concentración como la Convicción son esenciales, así como la Constancia. Si no estamos concentrados en lo que decimos, no podemos esperar que aquello funcione; si dudamos, nosotros mismos bloqueamos las palabras que pronunciamos al generar una energía opuesta a ella; si no somos constantes, el flujo energético que seremos capaz de atraer (sobretodo al principio) no será el mismo que si practicamos de forma habitual.
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